Editorial Obligada
Con Carga Negativa.
A veces, algunas frases pasan inadvertidas. En otras ocasiones, las preguntas son ignoradas. O peor aún: dejamos pasar las respuestas que no aclaran.
¿Zanetti mufa? ¡Ey! ¿Alguien escuchó? ¡Preguntaron si el capitán del Inter desde hace diez años es drapie! ¡Alguien conteste, por favor!
Esta situación se dio el lunes, mientras Pekerman respondía las preguntas de los benditos periodistas que pretendían conocer más acerca de los que se habían quedado afuera de la lista, a pesar de que el entrenador argentino aclaró que no iba a hablar de ellos. Pero la omnipotencia periodística obligó a un "colega" a preguntar sobre el Pupi: "No defiende, no ataca, hasta se llegó a decir que era mufa...". Pekerman, que debe haber escuchado solamente el apellido del jugador y se desentendió de la pregunta completa, sólo habló de la necesidad de renovación que tenía la Selección y un par de frases evasivas más que no salvaron el buen nombre de Zanetti.
Miente que algo quedará. El responsable de la Fundación Pupi, comenzó su carrera futbolística en la década de los años noventa. En 1992, alcanzó la primera del club Talleres de Remedios de Escalada y luego jugó en Banfield hasta 1995 y de allí emigró hacia el Inter de Milan donde hoy sigue jugando. Participó en más de 100 partidos (con 5 goles) con la camiseta nacional . Su debut fue el 16 de noviembre de 1994 contra Chile, partido que Argentina ganó 3 a 0.
Pensándolo un poco mejor, lo de la mala suerte emanada por Zanetti puede ser verdad: desde su primera participación, Argentina tuvo que soportar que un técnico pusiera suplentes contra Estados Unidos y perdiera 3 a 0, que ese mismo técnico diga que "la pelota no dobla", que su equipo y ayudantes de campo se agarraran a piñas con sus pares bolivianos y los acusen de agredir a Cruz (quien había sido cortado en el pómulo a drede en el vestuario), que le abran las puertas del seleccionado a Nelson Vivas, que Argentina tire el achique en el último minuto de la final de los Juegos Olímpicos de 1995 y pierda 3 a 2 con Nigeria, que Ariel Ortega cabeceara al arquero Holandés y lo expulsen, que después venga otro técnico y comparta con el anterior la idea de que Batistuta y Crespo no pueden jugar juntos, que convoque a Caniggia y lo echen del banco de suplentes, que este equipo no tuviera variantes ofensivas, que el responsable de poner centros precisos sea el Piojo López, que renueve contrato por cuatro años más y en el momento que mejor jugaba la Selección renuncie porque "ya no sentía las mismas energías". Y así ad infinitum.
¿Mala Suerte? Mala suerte es que Javier Zanetti no vaya al Mundial.
A veces, algunas frases pasan inadvertidas. En otras ocasiones, las preguntas son ignoradas. O peor aún: dejamos pasar las respuestas que no aclaran.
¿Zanetti mufa? ¡Ey! ¿Alguien escuchó? ¡Preguntaron si el capitán del Inter desde hace diez años es drapie! ¡Alguien conteste, por favor!
Esta situación se dio el lunes, mientras Pekerman respondía las preguntas de los benditos periodistas que pretendían conocer más acerca de los que se habían quedado afuera de la lista, a pesar de que el entrenador argentino aclaró que no iba a hablar de ellos. Pero la omnipotencia periodística obligó a un "colega" a preguntar sobre el Pupi: "No defiende, no ataca, hasta se llegó a decir que era mufa...". Pekerman, que debe haber escuchado solamente el apellido del jugador y se desentendió de la pregunta completa, sólo habló de la necesidad de renovación que tenía la Selección y un par de frases evasivas más que no salvaron el buen nombre de Zanetti.
Miente que algo quedará. El responsable de la Fundación Pupi, comenzó su carrera futbolística en la década de los años noventa. En 1992, alcanzó la primera del club Talleres de Remedios de Escalada y luego jugó en Banfield hasta 1995 y de allí emigró hacia el Inter de Milan donde hoy sigue jugando. Participó en más de 100 partidos (con 5 goles) con la camiseta nacional . Su debut fue el 16 de noviembre de 1994 contra Chile, partido que Argentina ganó 3 a 0.
Pensándolo un poco mejor, lo de la mala suerte emanada por Zanetti puede ser verdad: desde su primera participación, Argentina tuvo que soportar que un técnico pusiera suplentes contra Estados Unidos y perdiera 3 a 0, que ese mismo técnico diga que "la pelota no dobla", que su equipo y ayudantes de campo se agarraran a piñas con sus pares bolivianos y los acusen de agredir a Cruz (quien había sido cortado en el pómulo a drede en el vestuario), que le abran las puertas del seleccionado a Nelson Vivas, que Argentina tire el achique en el último minuto de la final de los Juegos Olímpicos de 1995 y pierda 3 a 2 con Nigeria, que Ariel Ortega cabeceara al arquero Holandés y lo expulsen, que después venga otro técnico y comparta con el anterior la idea de que Batistuta y Crespo no pueden jugar juntos, que convoque a Caniggia y lo echen del banco de suplentes, que este equipo no tuviera variantes ofensivas, que el responsable de poner centros precisos sea el Piojo López, que renueve contrato por cuatro años más y en el momento que mejor jugaba la Selección renuncie porque "ya no sentía las mismas energías". Y así ad infinitum.
¿Mala Suerte? Mala suerte es que Javier Zanetti no vaya al Mundial.
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