miércoles, junio 28, 2006

Editorial VII

El Foro Mundialista, desde su inicio, elogió el buen fútbol, insistió en los beneficios de contar con jugadores prestigiosos dentro de un plantel para torcer la historia en momentos difíciles, y también hizo hincapié en la búsqueda de un objetivo más allá del resultado deportivo, llamémoslo belleza para tratar precisar, aunque no sea ese el término más correcto.
Y en ciertas ocasiones, se lo ha puesto a Brasil como equipo ejemplar que resume esas tres características antes enumeradas. Juega con cuatro animales adelante sin importar cuál sea el rival, siempre se mueve igual, se divierten y mal que nos pese, a veces nos hace divertir. Lógico, además, gana.
Pero en este Mundial fue de lo más anodino, insípido, soso y aburrido. Y lo peor que ha ganado sólo por todo lo realizado en su historia, mostrando la camiseta. Hasta hoy ha ganado el Brasil idealizado, el de nuestras representaciones, aquel invencible del imaginario colectivo.
Por suerte para ellos, todavía no se han enfrentado a otro equipo que cargue con historia y peso propio, que su tradición pueda poner a prueba de verdad a la verdeamarelha, y que no se obnubile por los laureles conquistados por el penta.
El sábado Brasil juega su primer compromiso serio del campeonato, contra Francia, equipo que supo dejar afuera a España con autoridad. Será la hora de constatar si un equipo añejado, lento y sin muchas luces como el francés, pero con patrimonio propio, puede hacerle frente a la fantasía creada por todos nosotros alrededor de Brasil.