Dirigiendo Inferiores
La luz, el conocimiento, la razón, la disciplina y la verdad provienen de occidente. Oriente aparece, entonces, como un cúmulo de costumbres exóticas destinadas a ser observadas y estudiadas a partir de esta doctrina superior que degrada los orígenes y el desarrollo de esta cultura lejana. El dominio de las ideas occidentales se consagró en la historia con la etapa expansionista de los países centrales europeos, que determinó no sólo un control territorial, político y económico, sino también ideológico, que influyó en la involución cultural de esas nuevas tierras tomadas.
Este colonialismo parece no haber sido superado por las asociaciones de fútbol de los distintos países africanos y asiáticos que participaron en esta Copa del Mundo, las cuales eligieron como mayores responsables a técnicos extranjeros capaces de civilizar a los salvajes jugadores de sus selecciones.
Son nueve los equipos de Asia y África que se clasificaron para Alemania y sólo Angola posee un DT descendiente de su fútbol: Luis Oliveira Gonçalvez, quien ya es considerado un héroe nacional.
Este colonialismo parece no haber sido superado por las asociaciones de fútbol de los distintos países africanos y asiáticos que participaron en esta Copa del Mundo, las cuales eligieron como mayores responsables a técnicos extranjeros capaces de civilizar a los salvajes jugadores de sus selecciones.
Son nueve los equipos de Asia y África que se clasificaron para Alemania y sólo Angola posee un DT descendiente de su fútbol: Luis Oliveira Gonçalvez, quien ya es considerado un héroe nacional.
Los ocho restantes son dirigidos por técnicos ajenos a la historia futbolística de cada país.
Togo: Otto Pfister, alemán, 69 años;
Ghana: Ratumir Dujkovic, serbiomontenegrino, 60 años;
Costa de Marfil: Henri Michel, francés, 59 años;
Túnez: Roger Lemerre, francés, 65 años;
Irán: Branco Ivankovic, croata, 52 años;
Arabia Saudí: Marcos César Días Castro, brasileño, 56 años;
Corea del Sur: Dick Advocaat, holandés, 59 años y
Japón: Zico, brasileño, 53 años.
Tanto Otto Pfister (Togo) como Zico (Japón) pueden ser los únicos que conocen el fútbol que dirigen. El alemán pulula desde 1972 en el continente negro y fue conductor de los seleccionados de Ruanda, Burkina Faso, Senegal, Costa de Marfil, Zaire, Ghana, Arabia Saudí (Asia) y, por último, Togo. Aunque es un error considerar a este continente homogéneo en materia futbolística y que todos los países tienen la misma forma de vivir este deporte, por ende de jugarlo.
Zico terminó su carrera como jugador en Japón y luego se quedó para dirigir el Kashima Antlers, hasta que asumió la dirección del seleccionado japonés.
Para los demás, se hace muy difícil conocer las condiciones, el origen y el desarrollo del fútbol de sus seleccionados, porque los técnicos toman equipos que otros seleccionadores dejaron a la deriva con planes inconclusos o fracasaron, y abandonaron el timón del barco. Además, son técnicos errantes -exploradores etnocentristas- que llegan con sus conceptos dogmáticos que son incapaces de ser adaptados a las nuevas latitudes. Las limitaciones y las distancias impuestas por el idioma, son pequeñeces al lado de la desconfianza producida en los jugadores por la figura del blanco y sus directrices.
Viendo esto, se puede deducir por qué la FIFA está tan obstinada en otorgar tantos cupos para equipos africanos y asiáticos. Hay más trabajos para los técnicos de la UEFA.
Ghana: Ratumir Dujkovic, serbiomontenegrino, 60 años;
Costa de Marfil: Henri Michel, francés, 59 años;
Túnez: Roger Lemerre, francés, 65 años;
Irán: Branco Ivankovic, croata, 52 años;
Arabia Saudí: Marcos César Días Castro, brasileño, 56 años;
Corea del Sur: Dick Advocaat, holandés, 59 años y
Japón: Zico, brasileño, 53 años.
Tanto Otto Pfister (Togo) como Zico (Japón) pueden ser los únicos que conocen el fútbol que dirigen. El alemán pulula desde 1972 en el continente negro y fue conductor de los seleccionados de Ruanda, Burkina Faso, Senegal, Costa de Marfil, Zaire, Ghana, Arabia Saudí (Asia) y, por último, Togo. Aunque es un error considerar a este continente homogéneo en materia futbolística y que todos los países tienen la misma forma de vivir este deporte, por ende de jugarlo.
Zico terminó su carrera como jugador en Japón y luego se quedó para dirigir el Kashima Antlers, hasta que asumió la dirección del seleccionado japonés.
Para los demás, se hace muy difícil conocer las condiciones, el origen y el desarrollo del fútbol de sus seleccionados, porque los técnicos toman equipos que otros seleccionadores dejaron a la deriva con planes inconclusos o fracasaron, y abandonaron el timón del barco. Además, son técnicos errantes -exploradores etnocentristas- que llegan con sus conceptos dogmáticos que son incapaces de ser adaptados a las nuevas latitudes. Las limitaciones y las distancias impuestas por el idioma, son pequeñeces al lado de la desconfianza producida en los jugadores por la figura del blanco y sus directrices.
Viendo esto, se puede deducir por qué la FIFA está tan obstinada en otorgar tantos cupos para equipos africanos y asiáticos. Hay más trabajos para los técnicos de la UEFA.
Todo esto conspira para la instalación de un proyecto firme, claro y continuo que entienda las circunstancias y las necesidades propias de los países sin tradición futbolística profesional.
Ghana fue el único de todos los equipos nombrados que pudo superar la etapa clasificatoria. Allí demostraron un excelente dominio de pelota pero fueron inofensivos a la hora de patear al arco. “Lo que pasa es que juegan sin arco, Macaya”, dijo Bilardo con una lucidez asombrosa. El entrenador Dujkovic se hizo cargo del equipo recién en 2005, un año antes de iniciarse el Mundial, seguramente no tuvo suficiente tiempo para conocer ese tipo de detalles, o quizás sí, pero no para solucionarlos.
Los fríos números muestran que entre todos los seleccionados de Asia y África sumaron solamente 19 puntos (2 puntos aprox. de promedio). Una clara pauta del fracaso de estos procesos de trabajo.
Ghana fue el único de todos los equipos nombrados que pudo superar la etapa clasificatoria. Allí demostraron un excelente dominio de pelota pero fueron inofensivos a la hora de patear al arco. “Lo que pasa es que juegan sin arco, Macaya”, dijo Bilardo con una lucidez asombrosa. El entrenador Dujkovic se hizo cargo del equipo recién en 2005, un año antes de iniciarse el Mundial, seguramente no tuvo suficiente tiempo para conocer ese tipo de detalles, o quizás sí, pero no para solucionarlos.
Los fríos números muestran que entre todos los seleccionados de Asia y África sumaron solamente 19 puntos (2 puntos aprox. de promedio). Una clara pauta del fracaso de estos procesos de trabajo.
Hace tiempo que se espera la revolución del fútbol africano (aunque también, pero no tanto, del asiático), sin embargo, hasta ahora los dirigentes han optado por un colonialismo que destruye toda posibilidad de progreso futuro para sus seleccionados.
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